domingo, 8 de mayo de 2011

Proyectos de rascacielos en voladizo con bloques textiles

En 1922 se terminó al fin el Hotel Imperial y Wright volvió de Japón para siempre. En esa fecha estaban acabadas también la <<Hollyhok House>> y las dos casas-estudio para Aline Barnsdall en los Ángeles, y era evidente que los demás proyectos Barnsdall no se realizarían. Pero en los primeros años veinte, cuando Wright andaba todavía yendo y viniendo entre Tokio y los Ángeles, fueron tomando forma en su cerebro nuevas aplicaciones del hormigón .La más espectacular fue la de los rascacielos construidos según el precio del voladizo que tan buenos resultados había dado en el Hotel Imperial y que en cierto sentido no era totalmente nuevo. El análisis de los proyectos de rascacielos en voladizo, cuyos muros cortina colgantes de cobre y vidrio eran quizá  tan nobles como su estructura, se hará  a continuación  del comentario de otro nuevo tipo de construcción, el bloque de cemento <<textil>> que se utilizó en la mayor parte de las obras realizadas entre   1921 y  1930.

La primera cristalización del procedimiento del bloque textil se produce en un nuevo proyecto seguramente diseñado en 1921 para realizarse en Los Ángeles justo antes del último viaje de Wright a Japón. La idea consistía en combinar refuerzos metálicos con bloques prefabricados, que encajaban en una trama y urdimbre de varillas metálicas, a la manera de los tejidos, con junturas huecas entre los bloques que luego se rellenaban con cemento. El muro resultante no era de la misma naturaleza que un muro de obra, como la mayor parte de los edificios a base de bloques de cemento, y tampoco se parecía a un forjado continuo. Era más bien una especie de cascarón de mosaico fortalecidos con refuerzos en las juntas. Además estos mismos cerramientos podían usarse para superficies interiores y exteriores, con un espacio aislante intermedio. Se pretendía utilizar esta construcción por bloques en los grandes proyectos de  1921 y  1922 que nunca se realizaron; el rancho Doheny, el complejo Johnson en el desierto y la  infraestructura de las casetas de la colonia de verano Tahoe. Pero su calidad se puede apreciar mejor en la  serie de casas proyectadas en  1922 y construidas en 1923 y 1924 en Pasadena y Hollywood.

La mejor de estas casas y la primera que proyectó, según Wright, fue de la Mrs. George Madison Millar en Pasadena, a la que ya había construido una casa en Highland Park quince años antes. <<La Miniatura>>, como se la llamaba, rivaliza en calidad con las mejores casas de la pradera. Y aunque parece  diferir  de ellas completamente, las diferencias derivan de los principios básicos de Wright. En realidad, son esas diferencias recurrentes, esa variedad aparentemente inagotable de sus soluciones individuales, las que hacen de Wright un arquitecto universal. El arquitecto de Chicago de los años noventa, el arquitecto del Medio Oeste de 1900-1910, había recibido el elogio mundial en la década anterior. ¡Las guías califican con toda seriedad al Hotel Imperial de obra de estilo<<Japonés antiguo>>! Pues bien, Wright parecía establecer ahora con <<La Miniatura>> un estilo regional californiano. Sin embargo, aunque la solidez aislada de la casa y las superficies texturadas son muy apropiadas para el clima de California con su sol abrasador y su calor, en realidad la casa es más la expresión del nuevo 
procedimiento constructivo de los bloques textiles. Por otra parte, tampoco se adapta a cualquier lugar de la California del sur sino sólo a uno muy concreto en el fondo de una garganta. Entre otras palabras, las casas de Wright en California no son tanto una ilustración de su adaptación a una región general, muy diferente de las praderas del Medio Oeste, como un ejemplo de su capacidad para renovar una y otra vez su imaginación arquitectónica sacando todas las implicaciones posibles de los usos concretos de los materiales y de las oportunidades de lugares elegidos con sumo cuidado.


La planta de la casa Millar y su composición son muy sencillas. La casa es alta, de modo que domina la garganta, y se entra en ella por un lateral de la segunda planta. El cuarto de estar, a ese nivel, es también alto y corresponde a las dos plantas de dormitorios de detrás. El comedor y los servicios están debajo, al nivel del jardín de la quebrada. El esquema compacto de la planta, la maciza plasticidad de la masa, contrasta agudamente con la articulación de las casas anteriores. Sin embargo, hay un complejo fluir de espacios hacia fuera entre los pilares de la fachada del cuarto de estar sobre la balconada exterior.




3. Planta principal      4. Planta baja


Además, algunos bloques están perforados, de modo que los puntos de luz dentro y de oscuridad fuera realzan los dibujos moldeados que sugieren, como en las ventanas  en hilera de las casas anteriores, la interpenetración del espacio interior y exterior. Las partes subordinadas, el balcón volando de frente y el puente de la entrada, así como otros salientes menores, aligeran y diversifican la masa exterior. Los dibujos de los bloques rompen aún más el carácter macizo de las superficies en un juego continuo de luces y sombras.



Perspectiva de los bloques laterales

El emplazamiento de la casa es maravillosamente bello. El follaje delicadamente romántico suaviza la severidad cúbica del contorno. El agua y las imágenes reflejadas en el estanque, con la llana terraza enfrente del comedor, constituye una alfombra mágica sobre la que parece flotar la casa. Las vertientes de la quebrada aíslan totalmente a la casa de una vecindad antipática. Unos de los aspectos más notables de esta casa es su similitud con las primeras obras que los arquitectos “internacionales” estaban construyendo en Europa en aquella época. El uso del hormigón, la planta compacta, la masa simple son totalmente equiparables a, por ejemplo, las primeras casas de Le Corbusier y los proyectos de la Bauhaus. Pero es importante resaltar también las deferencias. Al cabo de veinte años, la diferencia fundamental estriba en que esta casa, por su construcción especial, la superficie texturada de sus bloques de cemento y sobre todo porque  tiene una solidez definida y no depende de abstracciones lineales ni planos de papel, sino materiales de un grosor concreto y unas cualidades visuales intrínsecas, es una obra de arquitectura tan bella como fue siempre. Desgraciadamente, la mayoría de las primeras casas “internacionales” están hoy ruinosas y degradadas, y parecen barridas por la pobreza a menos que las estudiemos en representaciones en que sus cualidades abstractas se manifiesten con más claridad o que contemplemos fotografías contemporáneas. Otras diferencias se refieren a este sentido  del lugar y a esa escala humana que siempre fueron preocupaciones básicas de Wright.


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